Sanaá - Saba: Informe: Gamil Al-Qashm
En una acción que demuestra aún más su debilidad y fragilidad, el gobierno hotelero ha amenazado con trasladar el "soft" de Sanaá a Adén el 2 de abril, una maniobra destinada a ocultar su continuo fracaso en la gestión de los asuntos económicos y encubrir los verdaderos problemas que afrontan los territorios ocupados.
Este fracaso se produce en un momento en que los territorios ocupados experimentan un deterioro de la situación económica, en medio de una escalada de manifestaciones y protestas populares que reflejan un descontento general con el deterioro de las condiciones de vida.
Los ciudadanos de los territorios ocupados ya no pueden soportar las repercusiones de la catastrófica situación económica impuesta por el alza sin precedentes del dólar. Incluso los derechos más básicos, como el agua y la electricidad, están ahora fuera de su alcance.
A pesar de la grave crisis económica en las provincias ocupadas, el gobierno mercenario, que se promociona desde hoteles en el extranjero, sigue intentando justificar estos reveses económicos y explotando la decisión de Estados Unidos para encubrir sus fracasos y la ausencia de soluciones reales a sus problemas económicos. Este gobierno ha comenzado a utilizar esta decisión como herramienta para lograr objetivos políticos vengativos que perjudican los intereses del pueblo.
El gobierno hotelero no se conforma con esto; intenta aprovecharse del embargo estadounidense con fines políticos mezquinos, mientras la pobreza aumenta en toda la región. Como de costumbre, prefiere explotar las crisis para su propio beneficio, a costa del sufrimiento y el deterioro de las condiciones de vida de la población.
Esta medida pretende presionar a los bancos para que se trasladen a Adén, pero lo que el gobierno hotelero pasa por alto es que esta decisión no es más que una amenaza vacía basada en un fracaso desastroso en la gestión de los asuntos financieros, económicos y internos en general.
El gobierno hotelero, que promueve casi sin cesar mentiras sobre las sanciones estadounidenses y su impacto económico, intenta utilizar estos pretextos para encubrir su incapacidad para lidiar con las sucesivas crisis que afectan a los ciudadanos en los territorios ocupados.
Al hablar del impacto de las sanciones estadounidenses sobre los productos petrolíferos, pasan por alto que estas no son nuevas y que Yemen las ha superado con éxito a lo largo de los años de agresión. Además, este gobierno no ha ofrecido soluciones reales para aliviar las difíciles condiciones de vida en las zonas bajo su control. En cambio, ha seguido con eslóganes vanos para justificar su continuo fracaso.
Por otro lado, algunos creen que la transferencia del "software" tendrá un impacto positivo en la situación económica de Adén. Esto es pura ilusión. El gobierno mercenario, que ya sufre el deterioro de la moneda y el aumento de los precios, no podrá cambiar su realidad con esta decisión, que solo complicará aún más la situación.
Las manifestaciones populares en los territorios ocupados fueron un claro indicio de la magnitud del fracaso de este gobierno y una confirmación de que los ciudadanos han perdido por completo la confianza en su capacidad para ofrecer soluciones reales.
La batalla económica en Yemen hoy es una batalla de voluntad, planificación y preparación para afrontar los desafíos. Esto lo ha demostrado el liderazgo en Saná a lo largo de los años. El liderazgo ha adquirido una amplia experiencia en la lucha contra bloqueos y sanciones, y posee la capacidad de lidiar con cualquier repercusión que pueda derivar de cualquier decisión económica. No se quedará de brazos cruzados ante cualquier intento de jugar con fuego.
Mientras los mercenarios intentan presentar la decisión de transferir el "software" como una victoria económica que inclinará la balanza a su favor, la realidad seguirá demostrando lo contrario. La enorme diferencia entre la realidad económica en los territorios ocupados y los administrados por Saná seguirá siendo evidente para todos, y los intentos del gobierno hotelero por encubrir su fracaso económico serán inútiles.
Los expertos económicos afirman que intentar trasladar el software a Adén no sería más que un nuevo paso hacia el fracaso y que Saná, con su capacidad de confrontación y planificación, siempre estará en una posición más fuerte para resistir cualquier intento de imponer presión económica al pueblo yemení.
Los informes también indican que la crisis económica que enfrentan los ciudadanos no es simplemente la repercusión de una guerra o una conspiración extranjera, sino más bien el resultado directo de la corrupción desenfrenada dentro del gobierno hotelero, que controla los recursos en un momento en que enfrenta una ola continua de protestas que exigen una vida digna y autoridad libre para brindar servicios y derechos, libres del control extranjero y de funcionarios corruptos.
La grave realidad económica, reflejada en el deterioro de los servicios públicos en los territorios ocupados, confirma que la causa principal de la crisis es la flagrante incapacidad del gobierno mercenario para gestionar los recursos y lograr el desarrollo económico. La ocupación, que impone su control sobre la toma de decisiones económicas y políticas en sus territorios, se ha convertido en el principal actor en la determinación de las políticas económicas, sin una voluntad real de cambiar o mejorar la situación.
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