La escalada agresiva estadounidense contra Yemen... un intento desesperado de intimidar a los firmes


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Yemen News Agency SABA
La escalada agresiva estadounidense contra Yemen... un intento desesperado de intimidar a los firmes
[16/ marzo/2025]
Sanaá - Saba: Informe de Jamil Al-Qashm
En una nueva escalada que refleja el estado de confusión estadounidense, Estados Unidos lanzó una serie de redadas en varias gobernaciones, dirigidas a Sanaa, Saada, Hajjah, Al-Bayda y Dhamar, en un intento desesperado de intimidar a un pueblo firme e inquebrantable.
Esta agresión es una extensión de la serie de crímenes estadounidenses en la región, cuyo objetivo es imponer hegemonía y suprimir cualquier voz en apoyo de Palestina. Sin embargo, estos intentos no afectarán la determinación de los yemeníes que han mantenido sus posiciones firmes y de principios.
La escalada estadounidense llega en un momento delicado, a medida que aumenta la presión sobre la entidad sionista debido al actual asedio a Gaza, que llevó a Washington a intentar usar la fuerza contra Yemen, que en la práctica ha demostrado estar presente en la ecuación del conflicto, no sólo en palabras, sino en acciones y hechos que han afectado los cálculos israelíes y estadounidenses.
A pesar de las amenazas directas del presidente estadounidense Donald Trump, no hicieron más que aumentar la resolución y la determinación del pueblo yemení de continuar su firme apoyo a Palestina.
Yemen siempre ha estado a la vanguardia de la defensa de la causa palestina, que nunca fue considerada sólo una cuestión política, sino más bien un principio de fe y un deber religioso y moral, por lo que fue un objetivo directo de la agresión estadounidense que busca silenciar todas las voces libres que rechazan la hegemonía sionista sobre la región.
La declaración del presidente estadounidense Donald Trump, que conlleva amenazas directas a Yemen, refleja la magnitud del impasse que vive Washington tras su fracaso en neutralizar la posición yemení en apoyo a Gaza. Estas amenazas, que intentaron presentar las incursiones como un golpe devastador, no afectaron la determinación de los yemeníes, sino que más bien aumentaron su convicción de que están en el camino correcto y de que la escalada estadounidense no es más que una prueba de debilidad e incapacidad para doblegar su voluntad.
Washington se da cuenta de que atacar a Yemen no cambiará la ecuación en absoluto, sino que fortalecerá la solidez de la posición yemení y la empujará a afrontar mayores desafíos. La experiencia ha demostrado que la agresión, por grave que sea, sólo aumenta la determinación de los yemeníes de continuar su marcha en apoyo de la resistencia palestina, porque consideran que la batalla en Gaza es también su batalla, y que quebrantar la voluntad de Palestina significa quebrar la voluntad de toda la nación.
Los ataques estadounidenses también reflejan el grado de ansiedad experimentado por la entidad sionista. Atacar a Yemen de esta manera confirma que existen temores reales de su continua influencia en el curso de los acontecimientos en Gaza, especialmente porque Yemen se ha convertido en una figura difícil en la ecuación de confrontación con la entidad ocupante, lo que explica este ataque directo, que se produce como parte de intentos miserables de ponerlo de rodillas.
El intento de presentar a Yemen como una amenaza regional es parte de la campaña sistemática estadounidense para justificar su agresión, pero el mundo es muy consciente de que Yemen nunca ha sido un agresor, sino que siempre ha estado en condiciones de defender sus causas justas, y lo que está sucediendo hoy es una continuación de una serie de crímenes estadounidenses dirigidos a toda voz que se niegue a someterse a los proyectos de normalización y a los planes sionistas.
El pueblo yemení, que ha enfrentado años de agresión, se da cuenta de que las incursiones estadounidenses no cambiarán nada de su realidad, sino que fortalecerán su unidad y firmeza.
Este pueblo ha sobrevivido a todas las formas de asedio y destrucción, pero no ha retrocedido en sus posiciones, y hoy demuestra una vez más que las amenazas de Trump sólo los harán más firmes y que están preparados para todos los desafíos por el bien de su gran causa, Palestina.
Las redadas que tuvieron como objetivo Sanaa, Saada, Hajjah, Al-Bayda y Dhamar son una declaración clara de que Washington se ha vuelto incapaz de confrontar la posición yemení con la política, por lo que recurrió a la fuerza, pero aún no se ha dado cuenta de que la fuerza no ha tenido éxito antes, y no tendrá éxito hoy, porque Yemen nunca fue un escenario blando, sino que fue y sigue siendo una ciudadela de firmeza árabe frente a la arrogancia estadounidense y sionista.
El pueblo yemení se da cuenta de que esta agresión es parte de la gran batalla que el campo de resistencia está librando contra los proyectos neocoloniales y, por lo tanto, no ve en estas incursiones más que evidencia adicional de que su posición de apoyo a Gaza ha matado al enemigo. Por lo tanto, cualquier nueva escalada sólo será un incentivo para un mayor desafío y firmeza en la posición de principios de apoyo a Palestina.
Washington no ha logrado poner a Yemen de rodillas en los últimos años, y no lo logrará hoy, porque la verdadera ecuación de poder no se mide por el número de ataques, sino por la voluntad del pueblo, y los yemeníes, que salieron a las plazas por millones en apoyo a Palestina, hoy están enviando un mensaje claro que dice: “No dejaremos a Gaza sola, y la agresión no nos disuadirá de nuestra posición”.
La cuestión palestina permanecerá en el corazón de cada yemení, y esta agresión no tendrá otro efecto que fortalecer la firmeza y continuar en el camino de apoyar la resistencia, porque esta posición no es una opción política pasajera, sino parte de la fe y la identidad nacional del pueblo yemení, que comprende que su batalla no es sólo para defenderse a sí mismo, sino para defender la dignidad de toda la nación.