La agresión estadounidense: una nueva derrota para Washington y una indicación de la magnitud del daño que Yemen ha infligido a la entidad sionista.


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Yemen News Agency SABA
La agresión estadounidense: una nueva derrota para Washington y una indicación de la magnitud del daño que Yemen ha infligido a la entidad sionista.
[17/ marzo/2025]

Sanaá - Saba - Yahya Jarallah:

La administración criminal de Trump ha sufrido un nuevo revés estadounidense con su agresión contra Yemen, atacando barrios residenciales y asesinando a decenas de civiles en la capital, Sanaá, y en varias otras provincias. Esto se ha convertido, a ojos de todos, en un indicador de la magnitud del daño que Yemen ha infligido al enemigo sionista y de la incapacidad de las fuerzas estadounidenses para impedir que Yemen apoye al pueblo palestino.

La criminal escalada estadounidense contra Yemen fue considerada por observadores, analistas, medios de comunicación, muchos políticos, regímenes y entidades libres como un gran pecado y una prueba de la necedad y la estupidez del criminal Trump, que aún no ha comprendido la naturaleza del pueblo yemeníta y su fuerza, coraje y resistencia, lo que hace imposible domarlos o disuadirlos de cualquier posición que puedan adoptar, especialmente si se trata de apoyar al pueblo de Gaza e imponer un bloqueo naval al enemigo sionista, en el contexto del asedio y el hambre que está imponiendo al pueblo de Gaza.

Todos se burlan de la insensatez e ignorancia del idiota de Trump, quien no ha aprendido de la vergonzosa suerte y el abyecto fracaso de la coalición agresiva saudíta-emiratos. El gobierno estadounidense, junto con muchas otras grandes potencias, desempeñó un papel destacado en este esfuerzo, proporcionando apoyo logístico y militar, envíos de armas, hordas de mercenarios e imponiendo un bloqueo y una guerra económica al pueblo yemeníta, todo ello sin obtener resultados.

El pueblo yemeníta emergió de esa agresión más fuerte, más resiliente y más preparado para enfrentar las fuerzas de la hegemonía y la arrogancia. Esto se materializó en la participación de Yemen en la "Batalla de la Inundación de Al-Aqsa" en apoyo del hermano pueblo palestino. Yemen desempeñó un papel crucial en esta batalla, que obligó a los soldados y oficiales de la Armada estadounidense, así como a las hordas sionistas, a vivir horrores y a no poder hacer frente a esta creciente amenaza que emanaba de Yemen.

Por el contrario, los regímenes que participaron en la coalición de agresión y estuvieron implicados en el asesinato de yemenítas, más notablemente los regímenes saudí y emiratí, terminaron en esta humillante derrota y vergonzosa posición después de su incapacidad para subyugar al pueblo yemeníta y a su liderazgo libre, a pesar de todas las grandes pérdidas que sufrieron, lo que representó una amenaza real para las economías de los países agresores, especialmente después de que quedaron dentro del alcance y alcance de los misiles y drones yemenítas, que el ejército yemeníta pudo desarrollar durante los años de agresión.

Ya no es un secreto que la brutal agresión estadounidense-británica contra Yemen y las masacres perpetradas en Sanaá, Saada y otras gobernaciones son una extensión del papel actual de Estados Unidos y Gran Bretaña en el apoyo a los crímenes de genocidio y hambruna perpetrados por la entidad enemiga sionista contra el pueblo palestino.

El enemigo estadounidense-sionista-británico, a través de sus medios de comunicación y herramientas en la región, intenta presentar esta temeraria agresión contra Yemen como si tuviera como objetivo proteger la navegación internacional. Sin embargo, la verdad se ha vuelto más evidente para todos: esta brutal agresión, el continuo apoyo militar al enemigo israelí y la consiguiente militarización del Mar Rojo son la verdadera fuente de la amenaza a la navegación y la seguridad en la región.

Las mentiras propagadas por los medios estadounidenses-israelíes sobre la protección de la navegación marítima ya no engañan a nadie, sobre todo porque todos ven y escuchan a diario las confirmaciones de los líderes de Sanaá de que el bloqueo naval impuesto por las fuerzas armadas yemenítas solo afecta a los buques israelíes. Esto responde a la agresión sionista y al injusto bloqueo impuesto por la entidad al pueblo de Gaza, así como a su negativa a permitir la entrada de ayuda humanitaria a la Franja, lo que constituye una clara y directa violación del acuerdo de alto el fuego.

Si bien la agresión estadounidense-británica representa una flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional, también representa una nueva prueba para las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad y el sistema internacional en general en relación con las violaciones y los crímenes de la agresión contra la población civil en Yemen y la amenaza que representan para la paz y la seguridad internacionales. Esto ocurre a pesar de la convicción del pueblo yemeníta, junto con la de todos los pueblos libres, de que este sistema existe únicamente para servir a la agenda y los intereses estadounidenses.

A pesar de los grandes sacrificios hechos por el pueblo yemeníta durante los años de agresión estadounidense-saudí, que condujeron a la agresión directa estadounidense-británica contra Yemen, el resultado inevitable de toda esta criminalidad no será más que una nueva maldición y un estigma para Estados Unidos, que ha sido conocido por su arrogancia y su historial de derramamiento de sangre y crímenes contra los pueblos desde su creación.

Las derrotas sucesivas de Estados Unidos y sus fuerzas son una confirmación de que la era de la hegemonía estadounidense está llegando a su fin y que pronto pasará página gracias a las manos de pueblos anhelantes de libertad, a la cabeza de los cuales se encuentra Yemen, un país de fe y sabiduría, especialmente desde que los yemenítas han cambiado las ecuaciones de la región, han desempeñado un papel destacado en el apoyo a Palestina y hoy están a la vanguardia de los países que se enfrentan a la arrogancia y al sionismo.

En cuanto al pueblo yemeníta, esta agresión y esta postura heroica al reanudar el asedio al enemigo sionista ha aumentado su respeto, aprecio y estima a los ojos de los pueblos y las personas libres de la nación y del mundo, después de haber demostrado que son el único país y pueblo capaz de apoyar a Palestina de manera real, y no sólo con declaraciones vacías, consignas y pronunciamientos como los regímenes cobardes que se contentan con palabras y complicidad en el asedio y el hambre del pueblo de Gaza.