
Gaza-Saba:
El Centro de Protección de Periodistas Palestinos (PJPC) lamentó el domingo la muerte del periodista Islam Nasr al-Din Muqdad, quien murió como consecuencia de un bombardeo enemigo que tuvo como objetivo una casa residencial en Khan Yunis, al sur de la Franja de Gaza. Este es un nuevo crimen que se suma a la serie de continuas violaciones sionistas contra periodistas.
Al-Markar dijo en un comunicado de prensa que su colega Muqdad (29 años) murió junto con su hijo y otros ocho civiles, como resultado de un bombardeo que tuvo como objetivo una casa y una tienda de campaña residencial en la madrugada de hoy.
Señaló que Muqdad, que trabajaba como periodista independiente, está esperando reencontrarse con su hija herida, de la que fue separada por la fuerza debido a la guerra. Actualmente está recibiendo tratamiento en Egipto.
Antes de su martirio, Muqdad escribió en su cuenta de Instagram: «Me llamo Islam, tengo 29 años y así es como me veo en mi foto de perfil. Lo que más me asusta es que mencionen mi muerte en un ataque enemigo como un número».
Añadió: «No soy una chica común ni un número. Me llevó 29 años de mi vida convertirme en lo que ven; tengo un hogar, hijos, una familia, amigos, un recuerdo y mucho dolor».
El centro señaló que con el martirio de Maqdad, el número de periodistas muertos por ataques aéreos israelíes ha aumentado a más de 200 desde que comenzó la guerra el 7 de octubre de 2023. Se trata de una cifra sin precedentes en la historia de los conflictos modernos y plantea serias preguntas sobre el compromiso de la comunidad internacional con la protección de los periodistas en zonas de conflicto.
El Centro afirmó que el martirio de nuestra colega Muqdad y su familia forma parte de una serie sistemática de graves violaciones de los derechos humanos cometidas por el "enemigo" contra civiles, especialmente periodistas, que se supone gozan de protección bajo el derecho internacional humanitario.
El Centro destacó que atacar a periodistas constituye una flagrante violación del derecho internacional humanitario y una amenaza directa a la libertad de los medios de comunicación y al derecho de las personas al conocimiento.
El Centro renovó su llamamiento a la comunidad internacional para que asuma sus responsabilidades morales y jurídicas y trabaje para garantizar la protección de los periodistas y permitirles desempeñar sus funciones sin obstáculos, de conformidad con los principios de la libertad de prensa y las convenciones internacionales pertinentes.
Pidió condenar los ataques mortales contra periodistas, abrir investigaciones justas y transparentes sobre estos crímenes y exigir responsabilidades a todos los responsables.