
Jerusalén ocupada AL Quds - Saba:
Las fuerzas enemigas sionistas continúan su agresión y brutal operación contra el campamento de Nour Shams al este de Tulkarm, donde obligaron a varios residentes del campamento a evacuar sus hogares esta tarde, domingo.
En el mismo contexto, fuerzas enemigas procedieron a llevarse consigo a un joven tras agredirlo cerca de la entrada del barrio de Manshiyeh en el campamento, sin conocer su suerte. En el mismo lugar también detuvieron a un grupo de jóvenes, obligándolos a sentarse en el suelo mientras los amenazaban con armas y los maltrataban, sin conocer sus identidades.
El campamento de Nour Shams ha sido sometido a una continua agresión sionista y a un estricto asedio durante 57 días, causando graves daños a la infraestructura y a la propiedad y agravando el sufrimiento humanitario de los residentes.
El campamento también ha sido escenario de redadas y registros de viviendas, particularmente en los barrios de Jabal al-Nasr y al-Salihin, y varias casas fueron convertidas en cuarteles militares después de que sus residentes fueran expulsados mediante amenazas e intimidación.
Además, el Comité Popular de Servicios del Campamento documentó el alcance de la destrucción generalizada causada por el enemigo sionista a las casas del campamento durante una visita de campo para monitorear los efectos de la agresión en curso.
Las imágenes del interior del campamento mostraron una destrucción generalizada en varias casas, incluidas algunas incendiadas deliberadamente. Se podían ver claramente señales de fuego en las paredes y los techos, junto con muebles quemados y pertenencias carbonizadas.
El Comité Popular confirmó que la documentación revela la magnitud de las violaciones contra la población civil, sobre todo considerando que muchas de estas viviendas estaban habitadas por familias antes del allanamiento.
En un acontecimiento relacionado, varios residentes del campamento pudieron regresar hoy a sus casas dañadas, en un intento de recuperar sus pertenencias personales y esenciales.
Los pobladores denunciaron que su regreso se produjo de manera individual, sin coordinación previa, en medio de un estado de tensión, miedo y riesgo, dada la magnitud de la destrucción en todo el campamento.
Algunos residentes indicaron que lo que lograron recaudar no compensó las graves pérdidas sufridas, sobre todo psicológicas y materiales.