
Roma-Saba:
Estados Unidos e Irán tienen previsto reanudar el sábado las conversaciones sobre el programa nuclear de Teherán, una semana después de una primera ronda que ambas partes describieron como "constructiva".
Roma será la sede de las conversaciones, en las que participarán el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araqchi, y el enviado de Estados Unidos para Oriente Medio, Steve Witkoff, y estarán mediadas por el Sultanato de Omán. Esta es la segunda reunión de alto nivel entre los dos países desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, retiró a Washington del histórico acuerdo nuclear en 2018.
Trump reanudó su política de "máxima presión" imponiendo sanciones a Irán y en marzo envió una carta al líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, pidiendo conversaciones nucleares bajo amenaza de acción militar contra Irán si la diplomacia fracasaba.
Trump dijo el jueves que "cree que Irán quiere hablar".
Por su parte, Araghchi, uno de los arquitectos del acuerdo nuclear de 2015, dijo el viernes que Irán "notó un grado de seriedad" de los estadounidenses durante la primera ronda, pero cuestionó sus intenciones.
"Aunque tenemos serias dudas sobre las intenciones y motivos de la parte estadounidense, participaremos de todos modos en las negociaciones de mañana", dijo durante una conferencia de prensa con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, en Moscú.
Vale la pena señalar que durante el primer mandato de Trump, Washington se retiró del acuerdo nuclear de 2015 entre Teherán y las principales potencias, que preveía la flexibilización de las sanciones internacionales contra Irán a cambio de restricciones a su programa nuclear.
Teherán se adhirió al acuerdo durante un año después de la retirada de Trump, antes de alejarse gradualmente de sus compromisos.
Araghchi fue negociador en el acuerdo de 2015. Su homólogo en Roma, Witkoff, es un magnate inmobiliario a quien Trump también le encargó conducir conversaciones sobre Ucrania.
Actualmente, Irán enriquece uranio hasta el 60 por ciento, lo que está muy por encima del límite del 3,67 por ciento estipulado en el acuerdo, pero todavía por debajo del umbral del 90 por ciento requerido para uso militar.