
Yenín - Saba:
El Comité de Medios de Tulkarem declaró hoy jueves que el ejército enemigo sionista continúa su agresión contra la Gobernación de Tulkarem y su campamento por 165.º día consecutivo, y contra el campamento de Nour Shams por 152.º día, en medio de una escalada de demoliciones, abusos contra civiles y la conversión de viviendas en cuarteles militares
El comité confirmó en un comunicado que las fuerzas enemigas lanzaron una campaña de incursiones a gran escala que tuvo como objetivo varias localidades y zonas de la gobernación, en particular el suburbio de Shuweika y la localidad de Attil, al norte de Tulkarem. Allanaron las casas de los ciudadanos y saquearon sus pertenencias, incluyendo la del prisionero liberado Imad Abdo, que quedó completamente destruida.
Las fuerzas israelíes también arrestaron al jeque Kassab Zaqout tras allanar su domicilio en el barrio oriental de la ciudad.
En el campamento de Nur Shams, las fuerzas israelíes incendiaron una vivienda civil en el barrio de Manshiyya, mientras se observaba una destrucción generalizada en todo el campamento tras las repetidas redadas de las últimas semanas.
Residentes desplazados de los campamentos de Nur Shams y Tulkarem organizaron una protesta en la rotonda Jamal Abdel Nasser, en el centro de la ciudad, para rechazar las políticas de demolición y desplazamiento en curso. Pidieron una intervención internacional urgente para detener las violaciones israelíes contra la población civil.
Según los datos, la agresión ha causado hasta el momento la muerte de 13 civiles, entre ellos un niño y dos mujeres, una de ellas embarazada de ocho meses. Decenas de personas han resultado heridas y detenidas, y la destrucción generalizada ha afectado a infraestructuras, viviendas, comercios y vehículos.
Según el Comité de Medios, la escalada en curso ha desplazado a más de cinco mil familias de los dos campamentos, lo que representa a más de 25 mil ciudadanos. El comité también constató la destrucción total de 400 viviendas y daños parciales en otras 2573. Las entradas de los campamentos permanecen bloqueadas con barreras, convirtiéndolas en zonas prácticamente sin vida.