Saná - Saba:
Los habitantes de las provincias del sur y del este del país viven en una situación difícil debido al deterioro de la seguridad, la economía y la ayuda humanitaria resultante de las políticas destructivas aplicadas por la ocupación saudí-emiratí y sus instrumentos.
El deterioro económico, el colapso sin precedentes de los servicios básicos y el empeoramiento de la crisis de cortes de electricidad observados en las zonas ocupadas confirman el fracaso abyecto de la ocupación saudí-emiratí y sus herramientas para lograr cualquier paso para mejorar las condiciones económicas y de vida y aliviar el sufrimiento de los ciudadanos en las gobernaciones ocupadas, que han llegado a una etapa extremadamente peligrosa, a la luz de la ausencia de cualquier indicio de un avance a este respecto.
El conflicto en curso entre la coalición saudí-emiratí en las gobernaciones ocupadas para controlar sitios estratégicos ha revelado los objetivos y planes maliciosos de los nuevos ocupantes, y que las promesas que hicieron para mejorar la situación se han ido al traste.
El monopolio de la riqueza y los recursos de las gobernaciones del sur y el este por parte de la coalición saudí y emiratí ha contribuido a avivar la situación en esas gobernaciones, llevando a los ciudadanos a salir a las calles en protestas populares contra las intervenciones del ocupante y el deterioro de los servicios, al tiempo que denuncian el deterioro de la situación económica que ha afectado a la vida cotidiana de los ciudadanos debido al aumento de los precios y la caída del precio de la moneda local frente al dólar, que ha superado los 2.300 riyales.
Este estado de tensión no surgió de la nada, sino que fue el resultado de la política destructiva sistemática practicada por el ocupante saudí-emiratí para impedir que las instituciones de servicios cumplan su función de proporcionar servicios, y de su persistencia en exacerbar el sufrimiento de los ciudadanos y profundizar la crisis humanitaria entre varios segmentos de la sociedad.
La continuación de las protestas populares en Adén y en las provincias ocupadas contra el llamado gobierno legítimo refleja el fracaso de la ocupación y de sus instrumentos para contener las repercusiones humanitarias, y al mismo tiempo confirma las catastróficas repercusiones que la ocupación ha producido a lo largo de diez años a todos los niveles. La incapacidad de las instituciones para prestar sus servicios y el corte de electricidad en la ciudad de Adén son una prueba viviente de la amarga realidad que viven las zonas ocupadas y del nivel catastrófico que han alc
El conflicto de intereses de la ocupación saudí y emiratí y sus proyectos destructivos en las gobernaciones ocupadas y su intento de compartir la influencia sobre el terreno a través de sus herramientas y agentes, durante los últimos años, han fortalecido la convicción de la población de esas gobernaciones sobre la seriedad de los objetivos perseguidos por Riad y Abu Dhabi, que han quedado expuestos a todo el mundo.
La tensión, el malestar y las protestas populares generalizadas observadas en las gobernaciones del sur y el este confirman que la presencia de la ocupación saudí y emiratí es ahora una cuestión de tiempo y que la liberación de esas gobernaciones es una necesidad inevitable que concierne a todos los pueblos libres del Yemen en el norte, el sur, el este y el oeste.
El pueblo yemení, que logró derrotar a la ocupación británica hace sesenta años y expulsarla de las provincias del sur en derrota, hoy puede obligar a los nuevos ocupantes a marcharse, especialmente desde que Yemen ha llegado a poseer una fuerza disuasoria que le ha permitido enfrentarse a las fuerzas de la hegemonía y la arrogancia global encabezadas por Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel y sus instrumentos en la región.
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