Belén - Saba:
Hoy, domingo, las autoridades enemigas sionistas se apoderaron de una superficie de 57,79 dunums de tierra palestina en la Gobernación de Belén, concretamente de las tierras de las zonas de Al-Khader, Artas, Belén y Beit Ummar en la Gobernación de Hebrón.
La Comisión de Resistencia al Muro y a los Asentamientos informó que las autoridades enemigas, mediante una "orden militar de confiscación de tierras con fines militares, numerada (T/3/25)", confiscaron 57,79 dunams con el objetivo de crear una zona de amortiguación alrededor del asentamiento de Efrata, construido sobre tierras de ciudadanos en la gobernación.
La Autoridad señaló que el enemigo, mediante una serie de órdenes militares, estableció un total de 14 zonas de amortiguación alrededor de un grupo de asentamientos. Con esta medida se pretende impedir que los ciudadanos accedan a vastas zonas bajo pretexto de órdenes militares, allanando el camino para un control permanente sobre ellas en el futuro.
Señaló que la llamada Autoridad de Tierras de Israel emitió dos importantes licitaciones de construcción en febrero pasado, con el objetivo de construir 974 nuevas unidades de asentamiento, con el propósito de establecer un nuevo barrio de asentamiento afiliado al asentamiento de Efrat, un asunto que la autoridad había abordado anteriormente.
Los mapas de la orden militar emitida hoy indican que la zona de amortiguación que el enemigo pretende crear alrededor del asentamiento también rodea el barrio que se construirá, además de dos puestos de avanzada del asentamiento que se han transformado en barrios al norte del asentamiento: Givat Hadagan y Givat Hatamar.
Por otra parte, las fuerzas israelíes irrumpieron en la ciudad de Anata, al noreste de Jerusalén, el domingo por la tarde, y comenzaron a distribuir docenas de avisos de demolición amenazando con demoler instalaciones residenciales, agrícolas y comerciales en varios barrios.
El teniente de alcalde de Anata para el distrito de Jerusalén, Mohammed al-Kiswani, explicó en un comunicado de prensa que la distribución de avisos todavía está en curso y que no es posible aún estimar con precisión su número, especialmente dado el estricto asedio de las fuerzas de ocupación, similar a un toque de queda, que ha establecido puestos de control e impedido a los ciudadanos moverse entre los barrios que han asaltado.
Señaló que el número de avisos es extremadamente grande, lo que presagia una masacre de demolición a gran escala que afectará viviendas y negocios.
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