Al Hudaydah - Saba: Informe: Gamil Al-Qashm
En un nuevo crimen terrorista, que se suma a la serie de crímenes brutales cometidos por la agresión estadounidense contra el pueblo yemeníta, el barrio residencial Amin Muqbil en la ciudad de Hodeidah fue testigo de una horrible masacre, convirtiendo el barrio antes pacífico en escombros y dolor.
El atroz crimen estadounidense, que destrozó corazones, no mostró ningún respeto por los valores humanos más básicos ni por las leyes internacionales. Los agresivos ataques tuvieron como objetivo viviendas que servían de refugio a familias inocentes, convirtiéndolas en escombros bajo una lluvia de misiles despiadados. En esos momentos desesperados, los habitantes intentaban desesperadamente escapar, pero los misiles estadounidenses eran más rápidos que ellos.
El número de muertos por la masacre estadounidense continúa aumentando: el número de mártires y heridos hasta el momento asciende a 26, incluidos 12 hombres, y docenas de heridos más, incluidos seis mujeres y cuatro niños. Equipos de defensa civil continúan la búsqueda de cadáveres entre los escombros.
Las víctimas recuperadas no son sólo números o estadísticas, sino imágenes dolorosas de almas caídas, que transforman lo que una vez rebosó de vida en un lugar de destrucción y dolor. Los niños que antes corrían por las calles del barrio ahora son víctimas del terrorismo estadounidense, y los recuerdos de las mujeres que antes estaban a salvo ahora se transforman en dolor constante.
La agresión estadounidense no se limitó a destruir casas sobre las cabezas de los civiles, sino que atacó la vida humana en sus formas más horribles. Cada víctima de la criminalidad y la brutalidad estadounidenses representa una profunda tragedia humana que las leyes humanitarias se niegan a silenciar.
La agresión estadounidense continúa cometiendo crímenes sistemáticos contra el pueblo yemeníta, atacando todo lo relacionado con la vida humana y perpetrando las masacres más horribles. La masacre del barrio de Amin Muqbil es parte de una serie de crímenes en curso cuyo objetivo es destruir sistemáticamente la infraestructura, quebrar la voluntad del pueblo yemeníta y subyugar a la sociedad yemeníta en su conjunto.
El crimen injustificado que tuvo lugar en la ciudad de Hodeidah no es sólo un ataque militar, sino una agresión sistemática de Estados Unidos contra todo lo humano en este resistente país. La agresión estadounidense ha cruzado todas las fronteras, atacando deliberadamente vidas humanas y tratando de aplastar el espíritu yemeníta, que no puede ser derrotado a ningún precio.
La agresión estadounidense, apoyada por fuerzas locales traidoras, no se contenta con destruir instalaciones, sino que busca matar el espíritu humano del pueblo yemeníta, para que éste siga viviendo en el horno del sufrimiento. Sin embargo, esto no afectará la firmeza de la posición de los yemenítas con el pueblo palestino y su causa, ni su apoyo a la resistencia en Gaza y a todas las cuestiones de la nación. Esta gran y honorable posición yemeníta no cesará a pesar de las conspiraciones y conspiraciones de los enemigos.
El silencio de la comunidad internacional ante los crímenes constantes de Estados Unidos revela una traición a los derechos humanos y un fracaso en el cumplimiento de su responsabilidad humanitaria. Hoy en día, la comunidad internacional se mantiene como espectadora de las impactantes masacres estadounidenses y sionistas. Lamentablemente, nunca ha asumido su responsabilidad de apoyar ninguna injusticia o causa que requiera acciones urgentes para detener las masacres en curso.
A pesar de todo lo que está sucediendo, la sangre de los civiles en Hodeidah y las gobernaciones yemeníes será un faro que iluminará el camino hacia la justicia y fortalecerá la determinación del pueblo yemení de resistir la agresión estadounidense-sionista hasta la victoria.
La masacre en el barrio residencial de Amin Muqbil no es el final. Más bien, sirve como un impulso adicional para que el pueblo yemeníta se adhiera a sus posiciones firmes y a su derecho a vivir con dignidad. Este crimen sólo servirá como punto de fortaleza en la batalla de la verdad contra la mentira y en la confrontación con el terrorismo organizado que busca aniquilar a la humanidad. La voluntad del pueblo yemeníta es más fuerte que cualquier intento desesperado por quebrantarla.
La sangre derramada en Hodeidah y otras gobernaciones yemenítas alimentará la lucha continua del pueblo yemeníta contra las fuerzas de la hegemonía y la arrogancia global. Cada vez que la agresión comete un nuevo crimen, la determinación y la moral del pueblo yemeníta se fortalecerán, proporcionando un incentivo para continuar en el camino de la resistencia. La voluntad de los yemenítas no será quebrantada y la batalla continuará hasta lograr una victoria rotunda.
La brutal agresión estadounidense contra civiles no continuará. El pueblo yemeníta, que se ha mantenido firme frente a la coalición entre Estados Unidos, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos durante una década, seguirá firme frente al terrorismo estadounidense con toda su determinación, fuerza y voluntad. No los disuadirán los rumores de traidores e hipócritas, ni la agresión de opresores y arrogantes.
La sangre de los civiles en la ciudad de Hodeidah y en todas las provincias seguirá siendo un testigo vivo de la fealdad del terrorismo estadounidense. El pueblo yemeníta, en medio de esta dura prueba, está librando la batalla contra el Faraón de la época con todo coraje, apoyándose en Dios Allah y confiando en Él y en los brazos de los hombres leales que se han preparado para enfrentar la criminalidad y la tiranía estadounidenses, por arrogantes y altivas que sean.
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