Sanaá - Saba:
La República Islámica de Irán ha frustrado el complot sionista-estadounidense que lleva décadas tramando atacar el país, destruir su capacidad militar e infraestructura, y socavar su régimen. Este complot se urdió bajo el pretexto del llamado "programa nuclear iraní", como lo afirman el criminal Netanyahu y altos líderes de la entidad sionista.
A pesar de las pérdidas sufridas por Irán, incluyendo la muerte de líderes militares y científicos nucleares, la República Islámica enfrentó la agresión con firmeza, convirtiendo el ataque en una oportunidad para una respuesta decisiva y devastadora. Esta respuesta se dirigió contra los centros de investigación y las industrias militares de la entidad ocupante, en particular el Instituto de Ciencias Weizmann, uno de los centros más importantes que apoyan al ejército israelí en los campos de la inteligencia artificial y el análisis de datos de inteligencia.
Los ataques iraníes se expandieron para incluir centros de mando y control en las profundidades de la entidad enemiga. El bombardeo tuvo como objetivo el complejo militar Kirya, en el corazón de Tel Aviv, la sede del Ministerio de Defensa y el Estado Mayor del ejército israelí, así como el centro de inteligencia militar Aman en Herzliya, la rama más peligrosa para la planificación de operaciones y la gestión de guerras y asesinatos.
Esta respuesta iraní sin precedentes expuso el falso prestigio de la entidad, que durante mucho tiempo se había jactado de su invencibilidad. Transformó a Israel de un "tigre depredador" a un "tigre de papel", a pesar de décadas de apoyo estadounidense y europeo en el marco del llamado proyecto "Gran Israel".
Las imágenes de la destrucción de la infraestructura militar sionista, que aparecieron en los medios de comunicación y redes sociales, fueron suficientes para exponer la fragilidad de la entidad temporal y destrozar el prestigio del supuesto ejército más poderoso de la región, a pesar del extenso silencio informativo sionista. Esto envía un mensaje contundente: la inmunidad de la que gozaba la infraestructura israelí durante décadas ha terminado, y ahora es un objetivo en cualquier confrontación.
En contraste, la entidad sionista no ha logrado ningún avance significativo en sus ataques contra Irán y no ha logrado sus objetivos declarados. Más bien, ha presionado a Teherán para que se vuelva más cohesionada y avance con sus programas estratégicos, en primer lugar el programa nuclear pacífico, lo que representa una negativa categórica a someterse a la presión estadounidense y occidental.
Expertos militares y estratégicos creen que los recientes ataques iraníes representan un cambio estratégico en la naturaleza de la disuasión iraní, enfatizando que Israel no podrá resistir repetidos ataques de esta magnitud, dada la incapacidad de sus sistemas de defensa para interceptar misiles y drones iraníes.
En medio de esta situación, Yemen no ha sido inmune al conflicto en curso en la región ni se ha mantenido como espectador, como muchos regímenes. Al contrario, ha estado activamente presente política, mediática y militarmente, en primera línea apoyando a la República Islámica y confrontando el proyecto sionista-estadounidense en la región.
La continua oposición oficial y popular a la hegemonía estadounidense y sionista encarna la determinación de los líderes revolucionarios y políticos de Yemen de seguir defendiendo las causas de la nación, en primer lugar la causa palestina, y de enfrentarse a la agenda occidental, sin importar los sacrificios. En el corazón de esta prolongada confrontación, Gaza sigue siendo un símbolo de opresión y firmeza, y un eje clave en la lucha de la nación contra el proyecto sionista-estadounidense. Mientras los cohetes caen sobre la entidad ocupante desde múltiples frentes, el enemigo continúa sus brutales crímenes en la Franja de Gaza, atacando centros de socorro y zonas de concentración de civiles, en represalia por su fracaso en devolver a sus prisioneros, su incapacidad para quebrar la voluntad de la resistencia y sus frenéticos esfuerzos por imponer el desplazamiento y liquidar la causa palestina.
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