Washington-Saba:

El Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó oficialmente la disolución de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) como parte de las importantes reducciones de la ayuda estadounidense al exterior, que han consternado a muchos países y organizaciones humanitarias.

El Secretario de Estado Marco Rubio dijo en un comunicado: “El Departamento de Estado y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) informaron hoy al Congreso de su intención de participar en un proceso de reorganización que requiere transferir algunas de las tareas de la agencia al departamento antes del 1 de julio de 2025, y eliminar otras tareas de la agencia que no se alinean con las prioridades de la administración”.

"Desafortunadamente, USAID hace tiempo que se desvió de su misión principal", añadió Rubio, destacando la necesidad de "reorientar nuestros programas de asistencia exterior para alinearlos directamente con lo que es mejor para Estados Unidos y nuestros ciudadanos". Continuó: “Continuamos programas esenciales para salvar vidas y realizar inversiones estratégicas que fortalezcan nuestras asociaciones y fortalezcan a nuestro país”.

Los demócratas del Comité de Relaciones Exteriores del Senado denunciaron la medida y dijeron en un comunicado que la reorganización “no sólo haría imposible la implementación de cualquier programa de USAID, sino que la carga impuesta al Departamento de Estado perturbaría significativamente su misión principal”. "Esta propuesta es ilegal, peligrosa e ineficaz", añade el comunicado.

Tras regresar a la Casa Blanca el 20 de enero, el presidente Trump firmó un decreto ordenando congelar la ayuda exterior estadounidense por un período de 90 días, al que siguieron varios recortes en diversos programas de la agencia, a pesar de las exenciones relacionadas con la vital asistencia humanitaria. La mayor parte de los empleados de la agencia fueron puestos en licencia administrativa.

Esta decisión causó conmoción en la agencia independiente, creada en virtud de una ley promulgada por el Congreso de los Estados Unidos en 1961. Su presupuesto anual se estimaba en 42.800 millones de dólares, lo que por sí solo constituía el 42% de la ayuda humanitaria total en el mundo.