Sanaá - Saba:
Las Fuerzas Armadas de Yemen han experimentado un importante desarrollo cualitativo en los últimos diez años, logrando éxitos sin precedentes al enfrentar la arrogancia estadounidense y sionista, que continúa cometiendo las más horribles masacres y crímenes de genocidio en Gaza y en toda Palestina desde el comienzo de la batalla de la "inundación de Al-Aqsa".
A pesar de la agresión y el bloqueo de Estados Unidos, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, las fuerzas armadas lograron construir un poderoso arsenal de misiles, confundiendo los cálculos de sus enemigos y cambiando el equilibrio de poder a favor del eje de la resistencia, contribuyendo directamente a la victoria del pueblo palestino y apoyando la resistencia en Gaza.
Desde que la coalición de agresión lanzó su guerra contra Yemen el 26 de marzo de 2015, se han acelerado los esfuerzos para reconstruir las unidades militares que la coalición buscaba desmantelar. Pero gracias a Dios y a la sabiduría del líder de la revolución, el Señor Abdulmalik Badr al-Din al-Houthi, las fuerzas armadas han podido recuperar su cohesión y mejorar sus capacidades de combate.
Las fuerzas armadas han comenzado a reestructurar su estructura militar, centrándose en el desarrollo de las fuerzas de misiles, la marina y los vehículos aéreos no tripulados. Se han introducido en servicio armas avanzadas que contribuyen a fortalecer la ecuación de disuasión contra los enemigos estadounidenses, saudítas y emiratos.
Durante 2015 y 2016, se produjeron una serie de misiles balísticos, incluidos el Sarkha, el Thaqib Najm 1 y 2 y el Zelzal, que poseen una gran capacidad destructiva. Además, se desarrollaron los misiles Qaher-1 y Qaher-2M, con mejoras en alcance y potencia explosiva.
Los logros continuaron con la fabricación del misil Burkan 1 en 2016, seguido por el Burkan 2H en 2017 y, finalmente, el Burkan 3, que entró en servicio en 2019, marcando un salto cuántico en la tecnología de misiles balísticos.
Las fuerzas armadas han mejorado sus capacidades aéreas mediante el desarrollo y la producción de drones de ataque y reconocimiento, que han marcado un cambio significativo en el curso de la batalla y han atacado con éxito centros de comando enemigos y fortificaciones militares.
En el ámbito marítimo, la Armada ha podido desarrollar sus capacidades de misiles y drones, lo que le ha permitido imponer una nueva ecuación en el Mar Rojo y el Golfo de Adén e infligir daños significativos a buques de guerra y destructores estadounidenses y británicos.
Hoy, gracias a Dios Allah y a la sabiduría de los dirigentes revolucionarios y militares, Yemen posee un sofisticado arsenal militar capaz de atacar profundamente territorio sionista, atacar barcos con destino a puertos palestinos ocupados y reforzar el asedio al enemigo en los mares Rojo y Arábigo.
Las capacidades militares de Yemen se han convertido en una fuente de preocupación para Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel, ya que los ataques con misiles y drones han causado pánico dentro de la entidad sionista, obligando a millones de colonos a huir a refugios.
La intensificación de los ataques aéreos estadounidenses contra Yemen, dirigidos contra civiles y objetivos civiles, es un intento desesperado de obligar a Saná a dar marcha atrás en su apoyo a Gaza. La experiencia y los datos de la vida real han demostrado que Yemen es inmune a las conspiraciones y no se dejará doblegar. Seguirá siendo un cementerio para los invasores, sin importar los desafíos.
Todos los intentos de presionar a Sanaá siguen siendo ilusiones que se derrumbarán bajo el escrutinio de los misiles y drones yemenítas. Yemen se ha convertido en una fuerza formidable en el conflicto, con el poder y la disuasión necesarios para asestar golpes dolorosos a sus enemigos, proteger su soberanía y apoyar las causas de la nación, entre ellas la causa palestina.
Con cada confrontación, las apuestas de los arrogantes se derrumban, y Yemen demuestra que la ecuación realmente ha cambiado y que la era de la hegemonía extranjera ha terminado para siempre.
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