Sana'a - Saba: Escrito por: Editor político
Estados Unidos ha seguido una política poco realista en el mundo actual de intereses entrelazados, y los sucesivos funcionarios norteamericanos en la Casa Blanca han comenzado a operar con una mentalidad de Guerra Fría cuyo tiempo ya pasó y está irreversiblemente acabado.
Ahora Estados Unidos ha utilizado el concepto de terrorismo como pretexto para lograr sus intereses imponiendo un bloqueo a los países que no siguen su camino. Este concepto ha dañado gravemente a muchos países y sus efectos continúan hasta el día de hoy. Prueba de ello es evidente en Afganistán, Irak, Siria y Libia, todos ellos ejemplos vivos de los crímenes contra la humanidad cometidos por el bloqueo estadounidense.
Lo que es cierto es que el terrorismo es una creación estadounidense. De lo contrario, ¿qué significa la presencia de sus barcos y buques de guerra en el mar Rojo y el mar Arábigo, y qué significa que se ataquen tierras yemeníes a causa de su apoyo a Gaza, que está siendo objeto del crimen más atroz de la historia?
El mundo podría haber vivido en paz y armonía y logrado tremendos avances científicos y tecnológicos si no hubiera sido por Estados Unidos, a quien esto le desagrada e impone sus visiones y agenda coloniales y militares al mundo por la fuerza, tomando todo lo que quiere bajo amenaza y temor militar.
Estados Unidos no cree en la cooperación justa entre los pueblos. Hay muchos ejemplos, el más destacado de ellos es Ucrania, país al que Estados Unidos y la OTAN empujaron a una confrontación militar desigual con Rusia. El objetivo era derrotar a Rusia, pero cuando ese deseo se volvió imposible, Estados Unidos declaró sus ambiciones en Ucrania y exigió la adquisición de metales preciosos. Lo mismo ocurrió con el Canal de Panamá, cuando Estados Unidos amenazó con ocupar y controlar militarmente el canal que conecta los océanos Atlántico y Pacífico, permitiendo que sus barcos comerciales y militares pasaran por el canal sin pagar ninguna recompensa financiera. Esto llevó al gobierno de Panamá a someterse a las demandas estadounidenses.
Lo sorprendente es la amenaza de anexar un país del tamaño de Canadá, el segundo país más grande del mundo en superficie, a Estados Unidos, que comparte una larga frontera con él y es miembro de la OTAN. Lo mismo se aplica a las ambiciones estadounidenses sobre la isla de Islandia. Sin embargo, bajo las políticas del presidente estadounidense Donald Trump y su mentalidad de comerciante inmobiliario, no presta atención a los países, ni siquiera a aquellos cercanos a Estados Unidos.
Es cierto que Trump ha dañado y está dañando al mundo y a Estados Unidos cuando adopta políticas improvisadas y mal pensadas que no tienen en cuenta la privacidad, la independencia y las leyes de los países. Este presidente ha puesto al mundo entero en miedo y pánico con sus declaraciones imprudentes que han excedido lo razonable y aceptable y no han respetado los límites más simples en las relaciones internacionales. Se ha convertido así en una amenaza real y peligrosa para la paz en el mundo. Los países deben unir fuerzas para acabar con un presidente que sólo cree en el lenguaje de la fuerza.
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