Sana'a - Saba: Yahya Jarallah
Fracaso, vergüenza y grandes pérdidas son lo que la administración estadounidense está cosechando de su agresión contra el pueblo Yemenita, mientras éste persiste en su postura y sigue apoyando a Gaza, sin la más mínima preocupación, confusión o incluso atención a la estupidez y la bajeza estadounidenses, y a los crímenes, los asesinatos excesivos y el agotamiento de la fuerza máxima hasta el punto de la exposición.
Grande, fuerte y firme es la posición del pueblo yemení, porque se deriva de la fuerza de su fe, confianza y dependencia en Dios Todopoderoso. Así describió Señor Abdulmalik Badr al-Din al-Houthi la postura firme, basada en principios y amplia del pueblo yemení en apoyo al hermano pueblo palestino. Destacó que el pueblo yemení se encuentra en un estado de victoria gracias a su gran firmeza, eficacia y presencia masiva.
Mediante su firmeza y perseverancia, el pueblo yemení expresa una voluntad fuerte y una determinación inquebrantable basadas en la moral y la fe. Esto es lo que somete al enemigo americano y lo vuelve loco, haciéndolo apresurarse en vano hacia una mayor escalada con la esperanza de quebrar la voluntad del pueblo o disuadirlo de su postura, pero sin éxito.
Cuanto más intensifica Estados Unidos su agresión y derrama sangre civil, más se enfrenta a un fracaso mayor. Quizás la mayor evidencia de esto sea su reciente ataque histérico a cementerios y barrios residenciales abarrotados, lo que confirma su fracaso total.
Frente a toda esta confusión y fracaso, el pueblo de fe, como ha dicho el Líder, está desarrollando constantemente sus capacidades militares, adquiriendo las mejores tecnologías militares y ganando experiencia. También siguen elevando su moral, su nivel de conciencia y su confianza en Dios Todopoderoso.
Lo que profundiza el estado de fracaso y vergüenza al que ha llegado el enemigo estadounidense es la continuación de las operaciones militares yemenitas en lo profundo del territorio sionista, confrontando y atacando a sus portaaviones, obligándolos a huir y retirarse. Además, el bloqueo naval impuesto por las fuerzas armadas a los barcos israelíes se ha ampliado para incluir a los buques estadounidenses, sin lograr ninguno de sus objetivos agresivos.
La firmeza y la conciencia del pueblo Yemenita se expresan en las conversaciones de los familiares de los mártires y los heridos, en los cánticos de las masas y en la notable magnitud de su presencia en las plazas y los campos. Todo esto demuestra que la fuerza de esta posición se deriva de una firme convicción y, al mismo tiempo, expresa una amplia conciencia y una orientación seria en el marco de la posición de rectitud que mantiene nuestro pueblo y su liderazgo, lo que les ha permitido mantenerse firmes frente a toda esta agresión y arrogancia y, sin duda, los conducirá a la victoria sobre el imprudente enemigo estadounidense.
Desde este punto de vista, el pueblo yemení, como lo enfatizó el Líder de la Revolución, está dando hoy una lección muy importante: todos los países y pueblos de la nación necesitan romper la barrera del miedo a Estados Unidos, que les impide adoptar la posición correcta. Esto se debe a que el enemigo sionista se apoya principalmente en el papel de Estados Unidos, que le da luz verde para continuar con su tiranía y sus crímenes contra los pueblos de la nación en Palestina, Líbano, Siria y otros lugares.
Basándose en la experiencia del pueblo Yemenita al enfrentar la agresión en los últimos diez años y los logros que ha alcanzado en el desarrollo de sus capacidades, el Líder de la Revolución afirmó que la escalada estadounidense contra Yemen sólo contribuirá a un mayor desarrollo de las capacidades militares yemeníes y la posesión de armas disuasorias, en paralelo con la escalada y el fortalecimiento de la posición Yemenita en apoyo del hermano pueblo palestino oprimido y todas las
cuestiones de la nación.
Lo que confirma la validez de este argumento son las sorpresas que la dirección revolucionaria y política y las fuerzas armadas siguen revelando en el curso de la confrontación y la batalla con el enemigo sionista-estadounidense. Estas sorpresas eran previamente imprevistas, pero ahora se están produciendo una tras otra, marcando el inicio de una nueva era cuyo título es el fin de la hegemonía estadounidense-israelí.
Los sucesivos ataques que se están lanzando contra el enemigo estadounidense, sus buques de guerra y portaaviones, coincidiendo con los misiles y drones yemeníes que alcanzan todos sus objetivos en lo profundo de los territorios palestinos ocupados, al sur y al norte, serán sólo el comienzo de operaciones aún mayores y más dolorosas contra Washington y la entidad ocupante.
Tal vez la prueba más llamativa de ello es lo que mencionó el Líder en su discurso, respecto a los logros más significativos de las fuerzas de defensa aérea de las fuerzas armadas, en términos de sus capacidades y eficacia operativa, así como su continua búsqueda de aviones de reconocimiento MQ-9 armados estadounidenses, cuyo número ha superado los 22 desde el comienzo de las operaciones de apoyo a Yemen.
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