Sana'a - Saba: Yahya Jarallah:
En un hecho significativo y preocupante para el enemigo estadounidense, el número de aviones no tripulados de reconocimiento armados MQ-9 estadounidenses derribados por las defensas aéreas yemeníes desde el comienzo de la batalla para apoyar a Gaza ha aumentado a 22.
Las fuerzas armadas anunciaron el martes pasado que sus defensas aéreas habían derribado con éxito un avión no tripulado estadounidense MQ-9 hostil mientras realizaban misiones hostiles en el espacio aéreo de la Gobernación de Hajjah. El dron fue derribado utilizando un misil tierra-aire de fabricación local. Se trata del séptimo dron derribado por las defensas aéreas yemeníes este mes de abril y el 22 durante la batalla de la "Victoria Prometida y la Santa Yihad", en la que Yemen participa en apoyo del pueblo palestino.
El derribo de tantos aviones de reconocimiento estadounidenses en tan poco tiempo refleja el notable nivel de sofisticación alcanzado por las defensas aéreas yemeníes y su capacidad para contrarrestar las aeronaves más avanzadas del mundo, que el enemigo utiliza con fines militares y de espionaje.
A medida que aumenta la agresión liderada por Estados Unidos contra el pueblo Yemenita, con sus intensificados ataques aéreos contra civiles e instalaciones civiles y de servicio, estos aviones se han convertido en objetivos de las defensas aéreas. Esto tiene importantes implicaciones militares y representa un punto de inflexión en el curso de la confrontación.
En su discurso de anoche, el líder de la revolución, Señor Abdulmalik Badr al-Din al-Houthi, destacó el desarrollo presenciado por las fuerzas de defensa aérea y los resultados tangibles logrados en sus capacidades y la eficacia de sus operaciones, a través de su continua búsqueda de aviones de reconocimiento armados estadounidenses, y su éxito la semana pasada al derribar tres de esos aviones en los cielos de las gobernaciones de Sana'a, Al Hudaydah y Hajjah, elevando el número de aviones derribados a 22 desde el comienzo de las operaciones de apoyo a Gaza.
Los expertos militares afirman que la capacidad de las defensas aéreas yemeníes para derribar todos estos drones con misiles de fabricación local refleja la creciente sofisticación de sus capacidades. También plantea numerosas preguntas sobre la viabilidad de que Estados Unidos siga dependiendo de estos drones y el impacto que esto tendrá en la actual agresión estadounidense contra Yemen.
El MQ-9 es uno de los drones estadounidenses más avanzados y cuenta con características tecnológicas avanzadas, incluido un sistema de radar avanzado, cámaras de alta resolución y sensores. Cada dron está valorado en aproximadamente 30 millones de dólares.
Las misiones de este avión van desde la vigilancia y el espionaje hasta el ataque a objetivos terrestres. Es capaz de transportar misiles y bombas guiadas por láser y posee un avanzado sistema de radar que transmite datos a una serie de aeronaves o sitios en tierra.
Según los expertos, el avión mide 11 metros de largo y 20 metros de ancho, incluidas las alas. Su alcance de vuelo es de aproximadamente 3.000 kilómetros, su altitud máxima es de 45.000 pies y su velocidad máxima es de aproximadamente 300 kilómetros.
Los repetidos derribos de drones MQ-9 reflejan un avance significativo en las capacidades defensivas de Yemen, ya que estas aeronaves se encuentran entre las más avanzadas del mundo. Esto envía un mensaje a Estados Unidos de que el espacio aéreo yemení ya no está abierto a este tipo de aeronaves, de las que ha dependido y sigue dependiendo para llevar a cabo sus operaciones agresivas contra Yemen.
El derribo de esta cantidad de aviones supone un gran desafío para Estados Unidos y un nuevo escándalo para sus fuerzas, que se suma a los escándalos de sus acorazados y portaaviones navales, que han estado recorriendo los mares, confundiendo y aterrorizando a las naciones del mundo, antes de que las fuerzas yemeníes pudieran obligarlos a huir y retirarse, cambiando así la visión que el mundo tenía de ellos.
Además de lo anterior, las pérdidas económicas sufridas por el enemigo norteamericano como consecuencia de la pérdida de 22 aviones, valorados cada uno en 30 millones de dólares, hacen que dichas pérdidas asciendan a más de 660 millones de dólares. A esto se suman el coste de sus costosas operaciones hostiles, el agotamiento de sus reservas de misiles y armas avanzadas y los costes de sus misiones aéreas, que juntos constituyen una amenaza real para el tesoro y la economía estadounidenses.
Mediante estas operaciones, las defensas aéreas siguen confundiendo al enemigo y bombardeando los cielos frente a sus costosos aviones, que no han logrado ningún objetivo militar más que atacar a civiles en mercados y barrios residenciales y demoler casas sobre las cabezas de mujeres y niños. Esto refleja la magnitud del fracaso y el estado de confusión al que ha llegado como resultado de su incapacidad para detener las operaciones militares de Yemen contra la entidad sionista y el bloqueo que ha impuesto a la navegación israelí y estadounidense.
Funcionarios estadounidenses reconocieron en declaraciones recogidas por la CNN que el éxito de las fuerzas yemeníes al derribar drones estadounidenses, que consideran los más adecuados para la misión, obstaculizó la transición a lo que llamaron la "segunda fase" de su campaña militar en Yemen.
También reconocieron que las fuerzas de Saná "se han vuelto más hábiles para atacar a los drones estadounidenses, y que las continuas pérdidas de drones han hecho más difícil lograr cualquier éxito en la destrucción de las armas de Yemen", dijeron.
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